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Los diez mandamientos del liderazgo

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Un grupo de arqueólogos que investigaba en archivos corporativos antiguos descubrió recientemente dos tablillas misteriosas (también conocidas como 'placas de pared') grabadas con las siguientes leyes:

I. Serás optimista.

Dado que sus empleados esperan su liderazgo, no debe permitir que sus preocupaciones e inquietudes arrojen una nube negra sobre todos los demás, porque de esa manera se encuentra el fracaso seguro.

II. Establecerás una dirección clara.

Si quieres ser un líder, debes crear una visión en la mente de tus seguidores de dónde y hacia dónde los estás conduciendo. Si falla en esto, su organización vagará por el desierto.

III. Crearás un plan viable.

Si bien ningún plan debe grabarse en piedra y los planes deben enmendarse cuando cambian las condiciones, si no ha planeado, en verdad también ha planeado fallar.

IV. Conseguirás suficientes recursos.

Si bien está escrito verdaderamente que la fe puede mover montañas, esa fe debe ir acompañada de excavadoras, camiones de volteo y empleados remunerados que sepan cómo usarlos.

V. Escucharás más que hablar.

El liderazgo no consiste en dar conferencias y luego dar órdenes. El liderazgo consiste en comprender lo que los demás desean y aprovechar ese deseo para servir al bien común.

VI. No celebrarás reuniones sin agendas.

Antes de cada reunión, envíe un decreto que defina qué se discutirá y durante cuánto tiempo. Luego adhiérase a su propio decreto como si la productividad de todo el equipo dependiera de ello. Porque en verdad lo hace.

VII. No criticarás en público.

Aunque su personal y sus colegas se componen de tontos y bribones, la vergüenza pública crea resentimiento. Si un seguidor merece una reprimenda, bríndala en la privacidad de tu oficina.

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VIII. No le pedirás a un empleado que haga algo que tú mismo no harías.

Verdaderamente grandes líderes, si perciben un trozo de basura en el piso de un pasillo, se inclinarán, lo recogerán y lo tirarán a la basura.

IX. No te convertirás en un cuello de botella.

Si insiste en tomar todas las decisiones finales, el progreso de su organización se detendrá. Si no puedes delegar, no tienes por qué fingir ser un líder.

X. Le darás el crédito a tu equipo.

Los verdaderos líderes aceptan la culpa cuando las cosas salen mal y no se atribuyen el mérito cuando las cosas van bien. Tu justa recompensa será el amor y el compromiso de aquellos que continúan trabajando para ti.